La guerra comercial entre EEUU y China y las empresas

  • 30, mayo, 2019
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Como decía Mozi y los sabios que en el mundo han sido, las calamidades y miserias humanas tienen su origen en la parcialidad o, lo que es lo mismo, la toma de decisiones no inclusiva ni conjunta por la que el desarrollo de cualquiera de las partes es una amenaza para los otras, pues ese desarrollo necesariamente lo es de su potencia, también como capacidad destructiva, de sus armas.

Y esa es la explicación de la guerra comercial lanzada por EEUU contra China e igualmente también de EEUU e Irán, pues la venta de los recursos naturales de Irán le permite desarrollarse también militarmente y, aún sin armas nucleares, ese desarrollo supone una amenaza para sus vecinos a los que apoya EEUU. Y así sucesivamente con el resto de los conflictos, a lo que se suma el hecho de que la amistad y cooperación de unos países con otros, como podría ser la de Venezuela con Rusia y China, resulta en amenaza y enemistad con sus rivales estratégicos, EEUU, etc.

Esta pulsión prioritaria por la seguridad y así el desarrollo a toda costa frente a los otros es lo que hace, aparte de la mencionada miseria humana directamente derivada de la confrontación, a que unos tengan que trabajar sin descanso mientras que otros no tengan trabajo, que seamos incapaces de afrontar retos comunes como el deterioro del medio ambiente, la extinción de la fauna, el cambio climático, etc., pues los intereses opuestos predominan y subordinan a todos los demás, llevándonos incluso a aceptar la destrucción mutua y el genocidio como modo de solventarlos.

Estos son los hechos y la condición que encaramos y pretendemos resolver con la propuesta de Unificación Humana, con el establecimiento de un sistema toma de decisiones conjunto e inclusivo, con la proyección compartida de nuestro futuro, de modo que nuestro objetivo se limite tan solo al beneficio mutuo y común y descarte la posibilidad de un propósito de daño, ya que, unidos, sería incongruente; atentar uno contra sí mismo.

Con ese fin, el Movimiento de Unidad Humana, HUM (Human Unity Movement), propone para 2020 un Congreso Mundial transparente y abierto a todo el mundo para dialogar, consensuar y establecer la unión humana y un sistema de toma de decisiones conjunta e inclusiva, así como la promulgación de una Constitución Humana Universal que sirva siempre de referencia sobre este sentido y forma de la unidad.

Una parte principal del Congreso Mundial de Unidad Humana es la unión de todas las fuerzas armadas bajo un mismo mando de modo que estas resulten redundantes y el desarme no solo ya sea posible sino su lógica consecuencia.
Pero con la unidad humana no solo se elimina la organización, los artefactos, las armas, y su desarrollo para el daño, donde la mejora de una es daño y amenaza para la otra ante la que esta última debe reaccionar so pena de reducir su propia existencia sino que el resto de las cosas es ya solo para servirnos y todos comprendemos una mejora en el objeto, tanto en las armas como el resto de los objetos, según su fin y también, al mismo tiempo, cómo se utiliza, quién debe servirse de él, que entrenamiento es necesario para su uso, etc. De modo que, del mismo modo que ahora somos peones de las armas que nos dividen, jerarquizan y discriminan, el resto de los objetos que nos sirven, nos unen y nos igualan según el sentido común que nos aportan.

En un mundo en el que los objetos son solo para el servicio, la igualdad o no discriminación entre los individuos es ya también no solo posible sino su consecuencia, pues, lo que sirve o es útil implica un criterio universal estándar al alcance de cualquier entendimiento. Del mismo modo que un coche es para ir rápido y transportar cosas pesadas, si se consigue un coche más rápido, más seguro, más capaz es un coche mejor, aunque la sugerencia o aportación de la mejora proceda de individuos diversos. Esa misma comprensión del servicio o utilidad nos lleva a no discriminar a la personas en el acceso a los recursos según sus necesidades o propósitos o a la dirección de equipos según el conocimiento capacidades y cualidades, así como el objeto del trabajo o cooperación es transparente, compartido y común, de modo que ese mando no es desigualdad, incluso puede tener carácter eventual.

Es así como rige un sistema de gobernanza en el que todos somos iguales y en el que todos participamos por igual en él. La política que conocemos, dedicada a gestionar la violencia, en condiciones de unidad humana es espuria, innecesaria al igual que las armas. De modo que de lo que se trata ahora es de la transformación de las empresas.
Vemos que las empresas están sujetas, como todo, a sus estados y son recursos de estos. Muchas empresas chinas son estatales y a las empresas chinas se les acusa en general de atenerse a los dictados políticos. Las empresas americanas, que se tenían por más libres que las chinas, también se someten a las decisiones de su administración ahora frente a China e igualmente se alinean necesariamente con las medidas de boicot o bloqueo a otros países so pena de multas graves, insoportables, de modo que asuntos políticos reducen su mercado en contradicción con su propia lógica de empresa. Sin embargo, las grandes empresas son entidades transnacionales y, por tanto, están en condiciones de ser una referencia para la humanidad si asumen, más allá de su RSC, Responsabilidad Humana, es decir, haciendo y haciéndose conscientes del problema original humano de la parcialidad antedicha y se adhieren al movimiento de unidad humana.

En efecto, las empresas producen servicios y suministran productos que satisfacen nuestras necesidades y deseos y el consumidor puede elegir entre diferentes ofertas el producto o servicio que le parece mejor le sirve, pero la diferencia en el servicio generalmente no es muy grande y lo que diferencia a las empresas es más su marketing, su publicidad, su adorno, su mecenazgo, su arte, la emoción y el placer que proponen y prometen, su RSC y todo eso es lo que más nos hace relacionarnos con una empresa determinada y la base principal de su actual viabilidad y sostenibilidad. Hoy día las empresas pueden comunicar y prometer ese mundo unido, sin conflicto, en el que la felicidad de los seres humanos prima y las empresas solo compiten por dar los mejores servicios posibles y no están al servicio de intereses parciales como ahora sucede….

La necesidad y el deseo de la unión humana está ahí, HUM la promueve con éxito sin recursos, por lo que puede decirse que ha testeado el mercado y, en consecuencia, tenemos certeza que potenciar con recursos empresariales esa necesidad de unidad humana resultará en un desarrollo imparable y su alcance será rápidamente universal. En consideración de ese fácil recorrido, hemos fijado tan pronto como otoño de 2020 como fecha del Congreso Mundial.

Pensamos en la transformación de todas las empresas, pero particularmente ahora en aquellas interesadas en patrocinar el Congreso Mundial, como puede ser algún banco, empresas de comunicación que lo proyecten, organicen y retransmitan a todos los confines de la Tierra, así como las grandes corporaciones de los diversos ámbitos de interés común humano, como medicina, alimentación, movilidad, etc. que son algunas de las áreas del Congreso de gobernanza mundial.

Tal como hemos mencionado antes, los objetos y así las empresas igualan a los individuos universalmente cuando su servicio busca enteramente el beneficio y rechaza cualquier daño, pero esa igualdad, a diferencia de la igualdad política que es una contradicción, es al tiempo el máximo empoderamiento pues constituye a cada ser humano como responsable o jefe supremo de todas las fuerzas armadas del mundo, pues es así como estas, unidas, resultan inútiles, redundantes. Este es el trato que merece cada persona y no solo de parte de las empresas sino que ha de quedar a la base de toda comunicación, dándolo a entender con todo aquello que por nuestra intención alcance la inteligencia del otro, con lo que no solo lograremos libertad sino armonía en toda la Tierra.