Adios

Queridos amigos,

Lamento reportar que Android (Google) sigue rechazando la app de HUM, Human Unity, aunque ya la tenemos en iOS, iphone y quien tenga un móvil de apple la puede descargar, yo no lo tengo, desconozco los detalles con android porque es el desarrollador quien lleva la relación, pero solo os quiero mencionar lo siguiente; según contrato la app debería habernos sido entregada en Junio….Sin embargo, como ya os dije, HUM tiene cuenta oficial ya en Wechat, el sistema chino, y su preparación progresa adecuadamente 😊

Quiero felicitaros el año, como siempre con aire, de palabras que espero os entretengan y si no, que no os den mal rato, no las leáis y haré esta felicitación de año nuevo en dos partes, una despedida de año hoy, donde me tomaré la licencia de ser quejumbroso, y otra mañana, espero, de bienvenida al año nuevo.

ADIOS ODIOSA EPOCA CONTEMPORÁNEA

Concluye esta época con uno de los más acabados y manifiestos monumentos de la estupidez humana, el tratamiento dado a la pandemia, donde en lugar de cooperar, cada estado, acaso con alguna deferencia hacia sus aliados, ha mantenido en secreto sus investigaciones sobre la vacuna y movido para obtener la mayor rentabilidad de ella a costa del perjuicio humano general, pero la inhumanidad es lo habitual, nuestra manera de actuar, ahí tenemos la guerra de Ucrania en marcha y otras en otros puntos del planeta como en Congo, pero el peor problema está en que la Humanidad no tiene voz, pues nada de lo que se ha oído sobre la pandemia, hasta donde a mí me alcanza, ha puesto el dado en la llaga o dado en el clavo: la falta de cooperación humana sin posible justificación comprensible alguna como para que todos a la vez estemos dispuestos a poner en riesgo la vida y a morir antes de cooperar con nuestros contemporáneos.

Señalaba el sabio, Mòzǐ, que el mal es lo que no se puede evitar y así lo debieron entender los trágicos griegos, pero también se le atribuye a Sócrates el dicho de que su causa es la ignorancia y quizás al final se descubra que era la estupidez.

Los cosmopolitas, cuya aparición coincide tanto en Occidente como ya antes en Oriente con la edad axial tardía, percibieron que la causa del mal, del engaño y daño mutuo, es debido a la división humana, a la toma de decisiones parcial (de los estados o unidades armadas) y si los humanos nos unimos y convivimos, compartiremos el sentido de justicia que tenemos ya por naturaleza por el que el mal es dañar a otros y todos lo rechazaremos y condenaremos con la unanimidad del mismo criterio, mientras que beneficiar a los demás, a la Humanidad, es el bien y todos lo aplaudiremos y alabaremos igualmente, de modo que esa simple influencia mutua nos moldeará hasta la perfección. Y de la misma manera que todos comprendemos el bien y el mal de manera natural, como dice también a menudo Mòzǐ en sus críticas al despotismo confuciano, todos sabemos lo que es un objeto cuando vemos para qué sirve, cuál es su fin, de modo que todos también del mismo modo sabemos en qué consiste su mejora y cómo, cuando, por quién, … debe ser usado, por lo que no hay contradicción entre nosotros o nuestra naturaleza para vivir, en paz armonía y Amor Universal.

Sabido esto, el problema, tanto para moístas como para los cosmopolitas occidentales radicaba en el paso en la “sustitución de la parcialidad por la universalidad”, en un mundo ignoto y de habitantes desconocidos e inciertos, según expresa literalmente Mozi, y muchos e interesantes documentos que han sobrevivido hasta nuestros días nos muestran que para los cosmopolitas estoicos el problema era que, si se prescindía del estado y este dejaba de garantizar la desigualdad, esto es, los derechos y las propiedades, y el resultado no podía ser sino el caos, tanto como para que otras unidades armadas (estados), tuvieran que venir necesariamente a mantener o, más bien, a imponer el orden. Recomiendo como referencia la lectura de “Estoicismo y Política. Líneas de Confrontación”, de José Solana Dueso, 2015.

La contradicción que subyace a las diversas polémicas en las que estos escolares estoicos se enzarzan tiene al cosmopolitismo como su referencia, así, por ejemplo, en la contraposición entre lo “honesto” y lo “útil”, que vemos, por ejemplo, en Las Leyes de Cicerón, donde lo útil es lo que beneficia a la comunidad, mientras lo honesto es el respeto a la justicia distributiva (la desigualdad que establece el estado). Polémica que intenta solucionar Antípatro, apelando como buen estoico a la naturaleza (propiamente a la universalidad), afirmando lo mismo que los moístas; que “los principios naturales que informan todo nuestro ser y que debemos seguir y obedecer, ¿no nos están diciendo que nuestra utilidad es la utilidad de todo el mundo y que la utilidad de todo el mundo es nuestra propia utilidad?” (III 12). Mientras que, para Cicerón, “es esencial en toda ciudad o estado, que cada uno posea de manera pacífica y segura lo que es suyo, sin temor a incautaciones y despojos”. Si bien, el mismo Cicerón también dice: “Si nos atenemos a los principios puramente naturales no hay nada que pertenezca a una persona, con exclusión de las demás. La propiedad reconoce su origen en una antigua ocupación” (Tratado de los deberes I 7). Igualmente, muchos estoicos, ante su impotencia y carencia de medios para implementar la Cosmópolis, apelan a una república de sabios, mientras otros reclaman el derecho universal a la educación, etc.….

Fue Cervantes quien nos mostró que la causa de la división humana no son los molinos de viento, las figuraciones, sino el arma, presente en la naturaleza que mediante la amenaza de daño, propiamente de muerte, nos priva de libertad o de decisión propia en el uso del cuerpo y de los objetos, por eso en el tiempo de los moístas y de los estoicos el paso de la parcialidad a la universalidad no solo era inviable en un mundo ignoto y de habitantes desconocidos e incomunicados sino incluso perjudicial para el estado que admitiese semejante aspiración en su seno, por lo que fueron marginados con su punto de razón, pero hoy día el paso de la parcialidad a la universalidad pasa simplemente por la unión humana, la toma de decisiones incluyente y pública -el modo en el que se prueba que es incluyente, pues en nuestro tiempo el garante del orden en el cambio es la Humanidad misma, que da seguridad sobre los ‘derechos y las propiedades’ actuales, ya que sería más violencia aún violarlos en ese paso de la «sustitución de la parcialidad por la universalidad» que es el desarme y el desarme obviamente no puede ser sino únicamente voluntario y universal.

Pero he aquí que, de nada sirvió que el mundo quedara desnudo y descubierto en la redondez de la Tierra en el siglo XVI para remediar la desgraciada y horrible relación humana que podría haberse entrevisto con esa toma de decisiones pública e incluyente que evita y previene el mal, esto es, el engaño y propósito de daño (las armas). Pero las ideologías o figuraciones en las que vive el mundo, sobre todo occidental, no surgen ni tienen relación alguna con la realidad sino que son dialécticas, hechas para oponerse, al servicio de las armas, y la presente época vio la luz, tomo poder, con la paz de Westfalia de 1648 en la que se simboliza la derrota de los católicos o universales, dando comienzo a la historia del idealista o enamorado Dr. Faustus que se entrega -se vende como se prefiere ahora decir- al mal, al arma o estado, pero llamándole Margarita o nación, concepto que se que se sublimará y radicalizará con la revolución francesa y desde el romanticismo hasta el presente sigue agudizando su punta dura y letal con los ingentes y siempre crecientes medios de propaganda, control y manipulación del estado, o propiamente de la OTAN como señalan algunos analistas que han hecho las cuentas. Sentenció Hegel que Dios era el estado y, en efecto, la Reina no solo tiene ya el arma en la mano sino que su boca es la de Dios.

La conversación gira en torno a un sistema basado en el derecho por el que se juzga el mal o daño causado por alguien y se le condena y castiga, de modo que un daño es compensado con otro daño, pero respecto a privar de libertad, o de la facultad de decidir uno por sí mismo, así como de los recursos para vivir y forzar a someterse a voluntad ajena mediante la amenaza de muerte, no rige derecho ni humano ni de otra clase y nos envolvemos la manta a la cabeza como si nadie supiese nada y con alegre falsete lo alabamos, adoramos y hasta consagramos las armas en el negro altar de las Naciones Unidas, de modo que solo entonces, una vez ya desmayados -quiero decir aquí inertes, sin alma y sin sentido (no hace falta añadir común) nos puede pasar desapercibido que la “justicia” no puede ser sino la voluntad del que tiene más capacidad de daño, por lo que para tener razón tenemos que dedicar al mal todo nuestro esfuerzo, que es lo que nos permitirá hacer que el otro haga lo que queramos y además confesar que es lo justo.

Esta insensatez a la base de un logos inverso reinante, que se mira a sí mismo con rictus estúpido y estólidamente avanza con paso firme hacia la extinción, se nos muestra cotidianamente en el arte contemporáneo y en la representación política, cuyo patente objetivo no es otro que desorientar, modo genuino de generar y alimentar la necesidad del liderazgo, para este dedicarse en secreto y como de costumbre a la guerra.

Época que comienza con una dura representación filosófica, pura, a fuerza de sarcástica, la Paz Perpetua de Kant, un cosmopolitismo de los estados soberanos, donde la toma de decisiones es excluyente, donde su carácter más allá de idealista, ilusorio o delirante se colma con la petición o condición de la disolución voluntaria de los ejércitos previa a la Confederación de los estados. Pero toda contradicción o absurdo vale, y así también el comunismo mientras sirva al arma, en una lucha frontal y sin cuartel contra la verdad que es la dictadura, la exigencia de sumisión, más dura.

El arma o guerra quita la voluntad, pues el arma no puede ser compartida, de modo que solo sea ofensiva, y es una pirámide a cuya cúspide se halla un individuo que la personaliza, donde es básicamente irrelevante cómo ese individuo accede a ese poder, mediante el asesinato o unas elecciones, pero es en el genocidio donde prueba su valía.

Adios…

Hasta mañana

¡FELIZ NAVIDAD!

Queridos amigos,

Con mis deseos de salud, paz y alegría, comparto con vosotros que HUM, tras casi cuatro años de solicitudes, ha obtenido permiso para tener cuenta oficial en Wechat, que como sabéis es la red social china. Igualmente os animo a ver la nueva página www.human-unity.org en la que además ya están vinculadas nuestras redes sociales (aunque todavía no en Wechat) Y la app está a puntito de salir….

Pero hoy, además, quiero compartir no ya teoría sino historia, con lo que quizás podáis entender mejor a HUM, acrecentar la esperanza y encender la alegría. Los antiguos cosmopolitas, tanto en Occidente como ya antes en Oriente, vieron meridianamente claro que los humanos si convivimos, compartimos el sentido de justicia natural y sabemos que dañar es el mal y lo condenamos todos, mientras que beneficiar a la comunidad está bien, y todos lo alabamos y esa influencia mutua nos moldeará y perfeccionará en unidad sin que la violencia sea necesaria.

Por eso, Mòzi, el maestro de la escuela cosmopolita oriental, cuya doctrina es conocida como la política del Amor Universal, denominaba la Universalidad como «la voluntad del Cielo» (que es perfecta), pues no puede ser que nos vaya bien a unos mientras a otros les va mal, ni, sobre todo, uno puede quitar al otro su voluntad/decisión mediante la amenaza y este lo puede aceptar -pues no solo está claro que eso es odioso sino imposible (¿cómo decidir no decidir?)…por eso solo la perfección es alternativa del mal, que a su vez es todo el mal posible, pues quitar la voluntad al otro -que es el efecto del arma, lleva a todas las armas posibles, a todo el mal posible, a nuestro mundo.

Veamos la demostración lógica: el arma es la causa necesaria (solo si A entonces B) de la desigualdad (piramidal) y de la propiedad privada, ya que estás no podrían existir sin la violencia del arma. Pero, sobre todo, el arma es la causa real o suficiente de aquellas (Si A entonces necesariamente B) porque el arma quita la voluntad, por lo tanto, no puede ser compartida y así resulta, no solo que todas las cosas son necesariamente privadas y los estados piramidales, sino que necesariamente un único individuo está al mando de cada arma (unidad armada) en todo tiempo y lugar y con indiferencia de como ese individuo acceda a ese poder.

Y, por el contrario, el desarme que es la consecuencia de la unidad es igualmente la causa necesaria y suficiente de la comunidad humana, cuya consecuencia es el uso de todos los recursos de acuerdo con su propio fin (que fuera de las armas son todos para servirnos), lo que implica objetivamente por quién, cómo, cuándo… serán utilizados, esto es, el sentido común.

Pero la clave está en dar ese paso, lo que Mozi denomina “la sustitución de la parcialidad por la universalidad”, un problema irresoluble para el cosmopolitismo antiguo, por eso en el caso de Mozi en sus escritos se discute sobre los límites del mundo y de sus habitantes, pues, ¿cómo hablar de universalidad entonces? le decían sus críticos. Hablar pues de humanidad, no solo era inviable, sino contraproducente para el estado, que necesitaba hacer la guerra, hacer todo el mal posible -y por eso estos escritos, tanto en occidente como en oriente, pese a ser en determinados momentos popularísimos, fueron ocultados y destruidos y no tenemos apenas referencia oficial de ellos.

Igualmente, como nos muestran algunos raros e interesantes documentos que han sobrevivido hasta nuestros días, para los estoicos que apelaban fuertemente a la humanidad y a la igualdad humana cosmopolita el problema era que, si se prescindía del estado, este dejaba de garantizar derechos y las propiedades, y el resultado no podía ser sino el caos, tanto como para que otros estados (unidades armadas) tendrían que venir necesariamente a ‘imponer el orden’.

Pero en nuestro tiempo el garante del orden y del cambio es la Humanidad, que, garante de la paz, da seguridad sobre los ‘derechos’ actuales, pues aún sería mayor violencia violar esos derechos, también durante la transición o «sustitución de la parcialidad por la universalidad», la realización de la comunidad humana.

Y lo mejor de todo es que, ese problema de los antiguos es nuestra garantía hoy. El desarme solo puede ser universal (simultáneo, acordado, conjunto…), pues un desarme unilateral o parcial no es desarme sino rendición – el servicio igual o más que antes al arma, solo que a otra y esa necesaria universalidad es la garantía de seguridad, justicia y bienestar para todos y cada uno de los seres humanos frente a cualquier incertidumbre o riesgo relativo a la ejecución, al paso de la parcialidad a la universalidad.

PROPUESTA DE ALTO EL FUEGO PARA RUSIA Y UCRANIA

PROPUESTA DE ALTO EL FUEGO PARA RUSIA Y UCRANIA   -MEDIO DE COMUNICACIÓN GLOBAL DE LA PROPUESTA DE UNIDAD HUMANA O PAZ VERDADERA Y DEFINITIVA

Estimado lector y amigo, solicito, por favor, tu apoyo para mí como representante de la Humanidad de modo que pueda dirigirme a los presidentes de Rusia y Ucrania y que estos me atiendan, pues lo importante no son ellos, que tienen la tarea de dirigir su ejército y llevarlo a la victoria y la expansión, lo que importa es tu deseo y decisión como persona y el de todas las personas sin más calificativos de vivir en paz, justicia y humanidad. Así pues, si me apoyas como representante de la Humanidad para esa tarea, comparte esta información y envíame un email a manuelhm@human-unity.org

Ten en cuenta que hoy día la unidad humana o toma de decisiones humana incluyente es por fin posible y nadie puede oponerse a ella salvo que la malentienda, pues lo único que la unidad humana previene e impide es el daño mutuo, lo que conduce tanto al desarme que es el uso del sentido común o universalidad, así como la cooperación para el beneficio de la humanidad, pues sin armas todo es común.

Ahora bien, la unidad humana es un emprendimiento cuya realización se lleva a cabo mediante la manifestación de nuestro apoyo o voluntad de que esta se produzca, pues si bien es cierto que nadie la puede rechazar, también es cierto que ha de manifestarse libre o voluntariamente desde nuestro entendimiento como personas, pues no es consecuencia ni de la fuerza o imposición ni a cambio de un pago -pues eso es lo que puede hacer y hace el estado, mientras que aquí hablamos del bien en sí mismo, lo que beneficia a todos y así es precisamente nuestra libre voluntad el modo de liberarnos de la miseria de la guerra y de la lucha de unos contra otros.

 

Estimados presidentes Vladimir Putin y Valodymyr Zelensky,

Mi nombre es Manuel Herranz Martín, del Movimiento por la Unidad Humana, HUM, www.human-unity.org y en nombre de la Humanidad, les requiero el alto el fuego y para ello les ofrezco mi cooperación y consejo.

El fundamento del alto el fuego es la paz humana en el sentido de paz que ustedes dos llevan en su nombre y usan en su lengua, мир/mir (otras lenguas ponen el énfasis en otros aspectos de la paz). Mir significa tanto paz como Humanidad o mundo y probablemente deriva del antiguo pensamiento cosmopolita griego, pues, en efecto, les pido que declaren el alto el fuego para dar voz y ocasión a la paz humana, esto es, la unidad humana o toma de decisiones humana incluyente con lo que su conflicto, como todo conflicto, se resuelve y desaparece ya que surge de que un ejército u otro controle unos territorios y personas.

Solo conviviendo en unidad los humanos evitamos y prevenimos definitivamente el propósito de daño (las armas) y la destrucción mutua (la guerra) y cooperamos exclusivamente por el bien común. Esa misma unidad o convivencia humana nos lleva a ver las cosas como son y así que dañar o perjudicar a otros es incorrecto e injusto y es juzgado, rechazado y confrontado como tal por toda persona de acuerdo con nuestro común natural entendimiento y sentimiento.

La existencia del arma en la naturaleza forzó a los seres humanos a organizarse en unidades armadas y proyectar el máximo daño posible hacia los otros, una condición inevitable en el pasado en el que la Humanidad vivía en un mundo ignoto y de habitantes en desconocimiento mutuo, de modo que prevenir el mal, el propósito de daño y el daño, con la unidad o toma de decisiones incluyente, era imposible, pero ahora estamos todos interconectados y podemos actuar juntos, simultáneamente y poner en práctica la unidad, algo que ya vieron claramente esos cosmopolitas antiguos, tanto en Occidente como ya lo habían visto incluso antes en Oriente (Mòzi).

La publicidad y la transparencia de la gestión pública humana, que nos es habilitada por la toma de decisiones incluyente, es la forma y garantía de la convivencia. Basta que la Humanidad tenga noticia de que la paz es la unidad para que nadie pueda rechazarla, pues su consecuencia lógica o necesaria es la prevención y el impedimento de la destrucción mutua. Y la toma de decisiones incluyente debe comenzar con una Asamblea o Congreso Mundial de Unidad Humana abierta y transparente.

Pero lo primero es poner a todas las armas bajo el mando de la humanidad, esto es de un mismo mando, pues esta es la única manera de detener y suspender su dinámica de daño mutuo que absorbe la voluntad humana, por eso, hasta que el Congreso establezca la forma de seguridad compartida, yo, Manuel Herranz Martín, como representante de la Humanidad me ofrezco voluntario para asumir esa responsabilidad en nombre de la Humanidad y solicito su voto de confianza, así como el de todas las personas, para garantizar el alto el fuego y suspender la actividad del arma. Un único mando no hace nada, no impone nada, solo evita la lucha, sería la contradicción de uno que se ataca y se defiende a si mismo, mientras el desarme o unificación humana se llevaría a cabo ya mediante el Congreso, con transparencia y acuerdo de todos.

Muchas gracias por su atención. Espero que me entiendan bien, pero quedo atento a su disposición para detallar o aclarar cualquier punto. No desaprovechen esta oportunidad. Espero su más pronta respuesta.

Con los mejores deseos

Manuel Herranz Martin

ESTA ES LA DECLARACIÓN DE PAZ DE LA HUMANIDAD