LLAMADA A LA RECONCILIACIÓN HUMANA

Es importante usar nuestra inteligencia para entender y reconocer lo que significa nuestra humanidad que no permite una ‘paz parcial o limitada’ y por eso se dice que la guerra es ‘absoluta’.

En el pasado los grupos humanos estaban aislados e incomunicados y la toma de decisiones excluyente que conlleva la confrontación era inevitable, por ello los humanos se han organizado en unidades armadas o estados, pero en nuestro tiempo podemos reconciliarnos (y perdonarnos, ya que no estaba en nuestras manos no dañarnos) y establecer la paz o toma de decisiones incluyente, que evita y previene el propósito de daño e implica la cooperación por el bien común.

Sin embargo, la primera decisión incluyente tiene que ser el desarme, la renuncia a la intención o propósito de destruir al otro, que es el objeto del arma, pues sin esa renuncia, tal como sucede con la ONU, no puede darse decisión inclusiva alguna, ya que el propósito de destrucción (del otro) condiciona todo lo demás, tanto que la cooperación no solo no puede ser inclusiva sino que se da solo realmente contra terceros.

¿Por qué es esto así? Por nuestra humanidad, que es única y es de todos, que nos pone en lugar del otro y proyecta y anticipa, y por eso nos sometemos al que nos amenaza, de modo que la consecuencia inevitable de querer dañar, aunque sea a uno solo en el mundo, equivale a dañar a todos, pues esto fuerza a los demás a tomar partido, y donde se usa la fuerza se priva de libertad.

Esto ya lo vieron los sabios pacifistas que se llamaban cosmopolitas, pues entendían que la paz no era otra cosa que la ley natural, la ley del Cosmos y Mozi, la versión cosmopolita oriental, cuya doctrina es el Amor Universal, afirma que este amor es la Voluntad del Cielo que ha dispuesto las cosas de tal modo que no podamos unos tener paz y otros no como consecuencia de esa capacidad virtual humana. Asimismo, para Mòzǐ el amor no es idealista, una voluntad que se enfrenta al mundo, sino la consecuencia lógica de la universalidad

Dice Mozi 小取 – Ilustración Menor -7

愛人,待周愛人而後為愛人。不愛人,不待周不愛人;不周愛,因為不愛人矣。乘馬,不待周乘馬然後為乘馬也;有乘於馬,因為乘馬矣。逮至不乘馬,待周不乘馬而後不乘馬。此一周而一不周者也。

Amar a la gente requiere amar a toda la gente para que cuente como amar a la gente; pero no amar a la gente no requiere no amar a nadie para que cuente como no amar a la gente.

Montar a caballo no requiere montar a todos los caballos para que cuente como montar a caballo; basta haber montado un caballo para que implique montar caballos.

Por contraste, no montar a caballo requiere no montar ningún caballo para que cuente como no montar a caballo.

Esto es “uno requiere todos y otro no todos”.

Para reconocer esa condición de nuestra humanidad que es evidente convocamos un día de la Reconciliación el 30 de enero de 2025. Hasta ese día, compartimos, difundimos y apoyamos tanto como podamos este mensaje y la convocatoria y el día 30 mismo nos aseguramos de que esta comunicación llega efectivamente a toda la Humanidad con lo que comenzamos el desarme poniendo todas las armas bajo un mando humano, pues, al no ser más que solo unas por otras, suspenden su actividad y desarrollo y el desarme no solo es ya posible sino conveniente.

Ni siquiera ese mando entonces puede generar iniciativa de daño, pues sería la absurda y contradictoria situación de uno que a la vez se ataca y se defiende a sí mismo. Más aún, el mando no está en lo más alto de la jerarquía pues solo un arma constituye una jerarquía, pero aquí el mando es sobre todas ellas que no componen jerarquía. Todo esto nos lo proyecta igualmente la inteligencia de esa humanidad que tenemos que reconocer y aceptar.

Qué ha cambiado desde la Guerra Fría: La Gran Muralla y el Caballo de Troya.

He ido a Berlin 35 años después de haber estudiado en la Universidad Libre de Berlin (FUB). Había sido activista por la paz o desarme en la UAM de Madrid impactado por la posible guerra nuclear a principios de los 80, punto álgido de la Guerra Fría, y cuando llegué a Berlín en un viaje de dos semanas me quedé impresionado por el entusiasmo y las actividades a favor de la paz y desarme y decidí quedarme confiando que mi esfuerzo tuviera más fruto (y a veces pienso que lo conseguí). Acabo de visitar la FUB y sus estudiantes se preocupan ahora de que los alquileres son altos, piden servicios psicológicos para todos y lo único con tono político es una convocatoria para manifestarse contra la derecha (“gegen rechts”).

Más tarde, he visitado la Universidad Humboldt, en su mástil la bandera ucraniana y en su gran vestíbulo un ‘bosque’ de columnas cada una bajo el título: CERTIFICADO SIN USO y la foto de la cara de un fallecido, sus estudios y los detalles de su cruel muerte a manos los de los rusos en la “invasión no provocada de la Rusia del criminal Putin”.

Si Putin es un autócrata y los jóvenes rusos también están muriendo debido a su cruel y maligno despotismo, esos jóvenes rusos deberían ser recordados en ese bosque del vestíbulo de la Humboldt. Esto no es un juego de palabras, el despotismo y la guerra es lo mismo, son los dos lados de la misma moneda, pues el despotismo es la forma del arma entre los humanos; la jerarquía o relación de total desigualdad que solo admite la relación violenta e inhumana, y que fuerza a matar y dañar, ¿por qué entonces pretender que solo Rusia es despótica y el Oeste, y cada uno de los países occidentales, no lo es? ¿Acaso no es una unidad armada cada estado?

En mi opinión, lo que ha cambiado tras la Guerra Fría hasta ahora en la FUB (seguramente en la Humboldt poco o nada) es que entonces la FUB tenía por objeto, como todo en Berlín Occidental, provocar al bloque del Este con su “libertad” para iniciativas que no surgían del estado como en el bloque del Este, tales como la visualización del feminismo, homosexualidad, el deterioro del medio ambiente, la paz, el desarme, etc., o, sobre todo, con su riqueza (precisamente he oído que cierra KDW – Kaufhaus des Westen – similar al de Harrods en Londres, creado para despertar la envidia consumista en el Este) así como, en general, la profusión de productos de consumo que hacían de Berlín un sueño para los ‘ossies’.

Este es el modo como la democracia liberal, introduce su caballo de Troya y vence globalizándose con la ventaja de poder imprimir dólares y poder comprar cualquier cosa de interés, incluidos los medios de comunicación y formación política, frente a la cerrazón y rechazo de los otros países cada vez más autoritarios o iliberales, violadores de derechos humanos, etc., tal como sucedió en China, donde Mao cerró el paso a las potencias que habían establecido allí sus intereses en la época del Kuomintang, Partido Nacionalista, ahora en Taiwan, al que Mao acusaba de no ser suficientemente nacionalista, y así sucedió también en Rusia, donde la crisis del año 98 supuso un punto de inflexión en el paso de la apertura democrática liberal de Yeltsin al mayor control estatal con Putin hasta su autoritarismo/nacionalismo actual.

Ciertamente que los líderes occidentales creen y fuerzan a creer y confesar mediante elecciones (plebiscito) que esa es la forma real de ‘progreso’, ya que no hay otra alternativa -la paz es algo ‘imaginario’, ‘falso’, y solo nos cabe el ‘progreso material (y el progreso de los derechos en la historia) aunque se mantiene exactamente la misma desigualdad y abuso o más que desde que el estado comenzó a existir. ¡Pero, un momento¡ Resulta que ese mismo era el diseño estratégico, y la misma buena intención del comunismo; utilizar igualmente el caballo de Troya o quinta columna de la clase obrera en todos los países para establecer un sistema unificado del mundo momento en el que se logra la máxima paz o, en cualquier caso, máximo dominio del hegemón, entonces la Unión Soviética (y es a eso a los que se oponen Hitler, quien señala bien que ese fue el motivo del armisticio alemán en la Primera Guerra Mundial, y Mussolini, un ex socialista. Y resulta que ese mismo era el proyecto de Napoleón, conquistar el mundo para extender la democracia, cuyos seducidos por el en España se les llamaba «afrancesados», o la monarquía hispánica, que iba con sus misioneros para esas gestiones, o del sistema confuciano chino, del Islam, es el proyecto de cada imperio, la conquista o dominio total basado más que en la conquista en la penetración ideológica, el engaño del caballo de Troya o tal como en la figura del yin y el yang, la parte blanca tiene un punto negro y la negra un punto blanco, y utilizar esos puntos de apoyo en la parte contraria es como se logra la conquista.

Recuerdo que ya el día mismo que se lanzó HUM en la Casa del Reloj de Madrid de Arganzuela el 3 de febrero de 2018, una señora, extraordinariamente inteligente, sensible discreta (la madre de Azucena) me preguntó que cual era la diferencia entre el proyecto de HUM y el de Alejandro Magno, pues Alejandro propagaba este propósito de unidad humana como medio de la paz y tomaba sus decisiones políticas y aun personales de acuerdo con él y las proclamaba a bombo y platillo. Pues bien, la respuesta es fácil, la diferencia es que si la ideología está al servicio del arma, no se puede producir un momento en el que prescinda de ella, incluyo si el mundo entero queda un día bajo un único mando, como casi lo ha sido EEUU recientemente, o igualmente se engaña China con su visión, basada en el Confucianismo, de un mando unificado y benevolente sobre el mundo que impone o facilita la paz jerárquica, pues un arma son todas las armas opuestas posibles y un arma es un arma incorporada e implica la desigualdad jerarquía o injusticia absoluta que impide la humanidad y el sentido común y solo permite la relación violenta. ¿Cómo pueden las armas traer paz, si es lo mismo el arma que la guerra?

Por eso, amigos, insisto una vez más que la paz es nuestra responsabilidad como personas, como seres humanos, y no como miembros del arma, de la jerarquía, sea en la posición o rango que sea y no es algo difícil, pues se trata, no ya de de revelar o explicar algo claro, sino solo de llamar la atención sobre el arma y pedir o incluso exigir a los demás seriedad en esto y no ocultarse tras molinos de viento, ideologías, humo, pues está a la vista y es obvio para cualquier sentido común que tenemos que unirnos contra ella para desarmarnos, para vivir de acuerdo con nuestra humanidad, con nuestro sentido común que es la forma que tenemos de entendernos -algo que ciertamente en el pasado era inviable y, por tanto, también, realmente más confuso, pero que ahora tenemos a nuestro alcance convocando a la reconciliación de la Humanidad el 30 de enero de 2025.

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