Hoy día tenemos ya alternativa a la guerra, la paz, la cooperación y la concordia son posibles; se trata de la unidad humana. Del mismo modo que la causa de la guerra es la toma de decisiones excluyentes, algo que en el pasado de ignorancia mutua era inevitable y nos ha llevado hasta esta situación de división en estados (unidades armadas) y de casi aniquilación mutua, hoy día lo podemos superar y establecer la unidad por el simple hecho de que estamos ya casi todos conectados y la propuesta de unidad y lo que implica no es difícil de entender para nadie, por lo que, para lograr ya la paz y la concordia, lo único que nos falta es proponernos la unidad unos a otros, compartiendo este mensaje si te parece complejo exponerla.

Unirnos significa tomar las decisiones inclusivamente, esto es; teniendo en cuenta a toda la humanidad; la condición, posición y opinión de todos y cada uno de los humanos y esto se hace publicando el proceso de toma de decisiones de modo abierto y transparente con lo que cualquiera puede presentar nuevos criterios, objeciones o consideraciones a la misma. La publicidad del proceso de toma de decisión equivale o es su universalidad, pero en la toma de decisiones rige el principio de subsidiariedad, esto es; cada asunto debe ser resuelto por aquellos más próximos al objeto del problema, aquellos afectados por la decisión son los que participan en ese proceso. La toma de decisiones está basada en el sentido común y la igualdad de cada ser humano según sus necesidades, temores y deseos, por lo que las decisiones no están basadas en la jerarquía o mando de unos sobre otros que es propio de los estados y de la política actual propia del estado de guerra en el que nos encontramos, sino en el conocimiento del asunto que se trata.

Y el asunto más inmediato y que más nos concierne a todos por igual es poner fin al desarrollo o producción de armas, cuyo objeto es matar y dañar a otro, y que de hecho privan de libertad o voluntad, por lo que no tienen cabida en un mundo unido pues nadie puede aceptar no poder decidir por sí mismo (algo que ni siquiera sería posible aceptar ya que el arma nos niega hasta esa posibilidad), ni estará de acuerdo en ser objeto de su (posible) uso homicida. Por consiguiente, es asunto prioritario también para los humanos el desarme por acuerdo y de conjunto, que es precisamente lo mismo que la unificación.

Y aún antes del desarme procede una primera decisión incluyente que es el alto el fuego inmediato en las zonas actuales de conflicto, allí donde las armas se están usando. Según esta propuesta de unidad humana es conocida, aceptada y apoyada, la consecuencia lógica y también prueba de la eficacia de esa unión que nos da a todos libertad y sin la que ninguno es libre, es que; por tanto nos sentimos humanos y nos asociamos a todos los humanos, somos ya parte también de ambos bandos en lucha armada y, en consecuencia, ese conflicto es también nuestro y la destrucción mutua de los combatientes es nuestro propio daño y esto nos mueve y también da potestad para intervenir legítimamente exigiendo el alto el fuego para proceder con la unidad humana, el desarme, que es lo opuesto y alternativa definitiva a la guerra.

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