Queridas amigas,

Ya sé que estáis en casa, pero no os perdáis. Que lo nuestro es el ¡¡Congreso ya!!

El bienestar no es una cuestión económica sino una cuestión mucho más simple, de sentido común.

No se trata de redistribuir, incluso si es para proveer medios de desarrollo, es una cuestión de toma de decisiones inclusiva por la que cada emprendimiento, esfuerzo o intento toma en cuenta el interés de todos. Y eso está así dispuesto por la naturaleza como verás ahora:

La circunstancia de toma de decisiones parcial o exclusiva resulta en que lo más importante sean las armas, la producción para matar, destruir y privar de libertad. Por eso los análisis económicos son ciegos, pretenden andar con una sola pierna. Pero, incluso si no desvelamos esta parte, estamos motivados principalmente por esa condición de confrontación.

Si tomamos las decisiones inclusivamente no emprenderemos o nos esforzaremos para dañarnos a nosotros mismos, esto es lo primero. Lo segundo, que lo primero es lo mismo que producir solo para beneficiarnos, tal como sucede realmente con todo emprendimiento, excluidas las armas. Todo está para servirnos y nuestro sentido común al respecto es el mismo; si logramos que un coche corra más rápido todos vemos una mejora en el coche ya que nos sirve para pasar de un lugar a otro en el menor tiempo posible y así es cada cosa a la que entendemos por su prestación humana.

No os confundáis con la extendida idea de que la felicidad es evitar el daño y alcanzar el placer. El placer (el consumo) del cuerpo es inducido, así como también el miedo al daño es principalmente inducido. La felicidad es ser amado, o amar, que es hacer las cosas sin esfuerzo, es decir, el amor universal, pues, ¿Cómo podríamos ser felices mientras otros sufren? No es que sea injusto, es que es imposible.

El problema hasta ahora ha sido que no podíamos tomar las decisiones inclusivamente y utilizar así el sentido común. Las decisiones hasta ahora solo se podían tomar parcialmente y pretender unilateralmente utilizar el sentido común humano o ser universal solo hubiera podido llevar a la ruina y a la derrota.

En efecto, el Congreso se convoca porque la sustitución de la toma de decisiones parciales o estatales (según la unidad armada) se ha de llevar a efecto de una manera acordada, universal y simultánea. Y por ello, madrileños, españoles…. debemos convocarnos a todo el mundo a un Foro público, a la plaza pública, donde nuestro único medio será el sentido común, que pone en suspenso ficciones, figuraciones y creencias, incluso si estas, pese a siempre discriminatorias, muchas veces sin mala intención, cándidas e ingenuas. El sentido común, basado en los propósitos objetivos y reales nos abre paso a la cooperación humana y universal.

Es importante entender que algunas personas con major entendimiento y capacidades pueden representar primero a la humanidad; las personas sabias, o según la excelente expresión de Cervantes, discretas. Esos que entienden el funcionamiento de las creencias y son tolerantes y, por lo tanto, no van a ofender a nadie y pueden amar. Porque saben que esas creencias surgieron para cubrir ignorancia o carencias específicas del pasado, muy particularmente, la incomunicación física de los seres humanos y viven todavía en la gente. Pero nosotros sabemos que es el tiempo de convenir el foro universal del sentido común con inteligencia y sabiduría. Sin ni una menos.

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