Acabamos de participar en un Congreso de Filosofía Iberoamericano en Oporto, donde hemos podido difundir la propuesta de unidad humana y con ocasión de la Asamblea de la RIF, Red Iberoamericana de Filosofía, que acoge a los cientos de asociaciones filosóficas de Iberoamérica, solicitado su apoyo para presentar un acuerdo de alto el fuego en Ucrania basado en nuestra propuesta de seguridad humana compartida. Se nos pidió la propuesta por escrito y estamos a la espera de respuesta.

Ahora preparo un viaje a África a buscar apoyo para HUM. Visitaré Argelia, especialmente Tinduf, donde se encuentran los refugiados del Sahara Occidental, excolonia española que pasó a ocupar polémicamente Marruecos, después Mali, Burkina Faso, Congo (Kivu) y Uganda, lugares en los que HUM ya tiene apoyos y contactos. En unos días mantendré una entrevista con ellos por video llamada, si alguien tiene interés en participar, está cordialmente invitado/a.

Adjunto aquí también el link de una entrevista que recientemente me hizo la revista Dangdai (Contemporánea) de Argentina.

 

En el Congreso actué como representante de HUM, ya que actualmente no soy docente. Mi trabajo como profesor universitario acabó con la pandemia, aunque en el año 2021 fui profesor de Geografía e Historia en el IES Tirso de Molina de Madrid. Como profesor universitario lo fui en Wuhan (Filosofía, RRII y Cultura Hispánica), donde la pandemia detuvo mi colaboración, director de Estudios chinos en el ICEI, igualmente hasta la pandemia, pues el Diploma que dirigía se trasladó o se pensó trasferir al Departamento de Estudios Orientales en la Facultad de Filología de la UCM, y también hasta el confinamiento fui profesor de Humanidades, Filosofía y del Seminario “Keys to understand contemporary China” en IE University y en IE Business School he impartido el curso “The art of war for business” en el IMBA o MBA internacional.

De IE guardo buenos recuerdos, pero lo cierto es que IE no me invitó a continuar mi docencia, lo que felizmente ha facilitado mi actual dedicación a HUM. Y hoy quiero, por parecerme bastante significativo para nosotros, recordar y compartir por qué se produjo mi despido. Por cierto, sin derecho a paro ni a indemnización por ser profesor asociado, condición común también en la universidad pública.

Y me sugirió escribir sobre este asunto una de las sesiones a las que asistí en el reciente Congreso de Filosofía dedicada a la Parrhesia. Este es un término griego que refiere a la valentía de decir la verdad, pese a los problemas que esto pueda acarrear. Por poner un ejemplo, vemos que todo el mundo critica y condena a los nazis y se utiliza la palabra fascista como insulto pertinente y hay casi cada semana, ayer mismo había, documentales y películas nuevos sobre las atrocidades nazis (o incluso japonesas), pero no así sobre el bombardeo de Dresde o sobre el posible desacierto en arrojar bombas atómicas sobre población civil. Y no es que se me ocurriera a mi hablar de eso en IE, aunque ciertamente parecí a algunos un poco atrevido en mis juicios sobre ciertos lugares comunes, que desgraciadamente no tengo ocasión de mencionar ahora, aunque lo haría con mucho gusto.

En tanto que atendía a la sesión sobre la Parrhesia, miré en el navegador del móvil y encontré este párrafo en su definición en la wikipedia:

“Extrañamente, para Foucault, Sócrates es un caso modélico de parrhesiastes. Esto no parece coherente con su afirmación de qué entre los griegos, «el parrhesiastes no parece abrigar ninguna duda acerca de su propia posesión de la verdad». En efecto, esto último no se condice con la confesión socrática de su propia ignorancia (Apología)”

¡Vaya! Ya he negado vehementemente muchas veces la ignorancia que se le atribuye a Sócrates. Se ve que Foucault seguramente había leído la Apología, pero no la persona que hace la entrada en la wikipedia y de ahí su afirmación y asombro. La única “ignorancia” que Sócrates, parece ser, expresaba irónicamente era no saber de cierto si Apolo era rubio o moreno, pues lo que dice literalmente en la Apología es que no tiene ese conocimiento sobrenatural que pretendían tener sus conciudadanos.

Y ahora volvamos a IE para encontrar este asunto de nuevo. Mi primer curso allí fue el Seminario sobre China arriba mencionado, pues les dejó en la estacada una abogada china del despacho Lorca Abogados que era la profesora y tuvieron que buscar repuesto de urgencia. No recuerdo ahora si fue en 2016 o 17, yo aún trabajaba en 5aSec y también dirigía el Diploma de Estudios chinos en el ICEI. Después, creo que fue en enero de 2018 cuando comencé con los otros cursos. De nuevo, un profesor de Humanidades de IE que trabajaba al tiempo en la UNED obtuvo una plaza en la UCM, cargo que resultó incompatible con su puesto en IE, y tomó la decisión unilateral de enviar a otra persona, creo que un doctorando suyo, a ocupar su puesto, cosa que IE no acepto y lo expulsó ipso facto y así tuve una muy rara llamada en un día de Navidades solicitándome hacer esta sustitución de urgencia a primeros de enero. Justo en diciembre había salido de 5aSec y ya tenía tiempo para ello.

Estuve varios años hasta el de la pandemia y la calificación que obtenía de los estudiantes no era muy buena, entre 3 y 4 sobre 5, pues no soy una persona ordenada, no tenía apenas experiencia y, sobre todo, dar las clases en inglés me fatigaba un poco y a mis estudiantes también, pero, en general, me desenvolvía con bastante normalidad habida cuenta que todos los syllabus (contenidos) los creaba yo partiendo de cero, dedicando enorme volumen de trabajo a las clases. Y aunque estudiaba las fuentes con mucho gusto e interés, luego solía resumir para las presentaciones con ayuda de la Wikipedia y de otros recursos de internet.

El curso de Filosofía que causó mi despido estaba dirigido a un curso de primero con la mayoría de los estudiantes especializados en áreas tecnológicas. Constaba de cuatro bloques; uno dedicado a la Filosofía Clásica hasta el Cristianismo, otro innovador en nuestras latitudes, Introducción a la Filosofía China (Confucianismo, Taoísmo, Moísmo y Legismo), otro igualmente innovador dedicado al nacimiento de la novela en la picaresca y su cumbre en el Quijote como expresión de una filosofía realista, es decir, basada en la vida real y no en las figuraciones, y un cuarto bloque, el principal, dedicado a la filosofía anglosajona en línea con la institución; aunque partiendo de Kant hacia Adam Smith, Bentham, John Stuart Mill, Hannah Arendt, Chomsky y Amartya Shen.

En una de las primeras sesiones puse como ejercicio a los estudiantes un comentario sobre la Apología de Sócrates, un diálogo de Platón que da cuenta del juicio y la condena a Sócrates. Ya había trabajado este texto los años anteriores en Humanidades y me había parecido una pena que los estudiantes solo habían recibido mis comentarios como corrección, con lo que, atentos solo a la nota o calificación, apenas prestaban atención a mis serias críticas sobre ‘su lectura’, de modo que, en esta ocasión, tras corregir sus comentarios, les propuse que me enviasen su trabajo otra vez. Prácticamente todos me enviaron el mismo comentario que la vez anterior, al tiempo que se generó una actitud de confrontación hacia mi docencia. Realmente, según entiendo, se negaban a leer la Apología, no se si acaso no tenían capacidad para ello, que es a lo que les empujaba y exigía con mis comentarios, cosa que recomiendo una vez más haga el lector cuando pueda, quien verá que se entiende perfectamente, no como la sectaria, oscura, arcana, ininteligible y vacía filosofía moderna como todo lo actual, desde el arte, valores, etc. hasta las noticias que, sobre todo, buscan causar desorientación, que es el modo de favorecer el liderazgo.

Sócrates fue condenado por “no creer en los dioses -lo que vale también para las creencias las figuraciones- adoctrinadas e impuestas por la polis o estado y, consecuentemente, corromper a la juventud”, pues Sócrates dice una y otra vez que el solo tiene un conocimiento humano, pero no sobrenatural. Un conocimiento humano es el que distingue los fines de las cosas, objetos y acciones, y no se necesita más que eso. E incluso ese conocimiento nos da a entender el propósito del uso de esas figuraciones que hay que creer y confesar; ocultar la realidad, que básicamente es el propósito de daño, por no poder ser este declarado.

Los estudiantes me escribían en sus trabajos lo que yo mismo había aprendido también tanto en las clases de filosofía del instituto así como en la universidad, donde estudié Filosofía, lo de la ignorancia de Sócrates, que “solo sabía que no sabía nada”, y ese tipo de expresiones, algo totalmente ausente y absolutamente fuera de lugar en la Apología por lo que yo se lo rechazaba diciendo que me dijeran donde habían encontrado o visto algo de eso y que, por favor, me lo citaran en sus comentarios. Sin embargo, eso es la true news que nos enseña el estado en su medios, es decir, su mentira particular frente a la mentira de los otros estados.

He aquí lo que pone la principal fuente de mis estudiantes, que era la Wikipedia, en su introducción a Sócrates, pero que igualmente aparece en otras enciclopedias o fuentes secundarias:

“Socrates is known for proclaiming his total ignorance; he used to say that the only thing he was aware of was his ignorance, seeking to imply that the realization of our ignorance is the first step in philosophizing.”

Parece ser Platón que argumenta así en sus Diálogos en los que expresa su pensamiento en boca de Sócrates, pero ese no es Sócrates, ni Sócrates hace eso en absoluto en la Apología, el primer diálogo de Platón cuyos términos este no pudo tergiversar o manipular mucho, pues toda Atenas acababa de ser testigo del juicio, condena y muerte de este.

Y luego ya en el desarrollo que hace la wikipedia en detalle:

“Socrates is known for disavowing knowledge, a claim encapsulated in the saying «I know that I know nothing». This is often attributed to Socrates on the basis of a statement in Plato’s Apology”

Otra vez, ¡agarrate lorito! ¿what statement? Quotation required here, please….

Esto ya es, en realidad, el reconocimiento subrepticio del mismo del autor de su falsedad, o me parece a mí. En la Apología Sócrates básicamente repite una y otra vez lo mismo: yo no soy tan simple como vosotros porque no creo saber lo que no se, o lo ya dicho arriba, yo solo tengo un conocimiento humano, pero no sobrenatural (cuando entiendo el fin de una cosa, la entiendo plenamente y no necesito más, pero no es que no sepa nada, ni siquiera me falte por saber algo).

Pues bien, ese no confesar (las figuraciones) del estado es lo que le lleva a Sócrates a la condena y muerte por corromper a la juventud (la carne de cañón militar principalmente, para que nos entendamos mejor). Por eso precisamente los medios públicos como la Wikipedia o las enciclopedias, que rinden cuentas a los estados, no se pueden trasmitir el acontecimiento claro acaecido a Sócrates, que el mismo Platón en los otros diálogos posiblemente tergiversaría, y al que se acogen los autores de esos medios, pero ya digo que en la Apología Platón no pudo tergiversar mucho, pues todos habían sido testigos del juicio, que fue público. A Platón, en efecto, le financió la Academia el estado, con el objeto precisamente de acallar el revuelo y escándalo que había causado el caso de Sócrates y su desenlace, pero los auténticos seguidores de Sócrates, motivados voluntariamente sin que nadie pagase por su voluntad (que es lo que hace el estado), son los cínicos, que tienen tan injustificada mala prensa, y luego los estoicos y la característica de ambos es que son cosmopolitas, es decir, ven la necesidad de que los humanos vivamos unidos, pues, como dice Mòzǐ, la causa del mal -y de la mentira que es lo mismo o le va incorporada- es la parcialidad, y la causa del bien -y de la verdad, que igualmente le va incorporada- es la universalidad.

La universalidad era imposible en el pasado, ese era al problema ciertamente, pero hoy día la gran noticia es que podemos apelar a la Humanidad, hablar por la Humanidad, pues nuestro ámbito, aunque limitado ferozmente por las fronteras, es ya la Humanidad y así, por tanto, sin perjudicar a nuestro estado ni a nadie, al contrario, beneficiando a todos. Y así creo francamente, amigos, que estamos ante el fin de la Historia (o de la guerra).

A estos mismos estudiantes les propuse como trabajo de final de curso, grupos que analizaran como sería un sistema de comunicación humano, una educación humana compartida, una ciencia, un desarrollo y, sobre todo, una seguridad compartida. Y se negaron, incluso se quejaron a la dirección del curso, y tuve que dar marcha atrás permitiendo que los trabajos de grupo fueran al uso, es decir, copiar de una o varias fuentes sobre algún asunto, pues pensar por si mismos creo que les era insostenible e insoportable.

Finalmente, en la calificación que esta institución pide a los estudiantes obtuve de este grupo menos de 2:5, que es el mínimo necesario para continuar. En esa calificación los estudiantes expresan también su juicio sobre el profesor y había acritud en ellos que sinceramente quiero achacar al estado de confinamiento de aquellos días, pues estoy seguro que no les di motivo personal alguno, por el contrario, sentía y siento un gran aprecio y una gran simpatía por ellos. En esos juicios me tachaba alguno de comunista, pero el discurso principal y constantemente repetido era que yo quería imponer mi punto de vista, y sus argumentaciones, dirigidas a la dirección, señalaban lo mucho que pagaban y el poco rendimiento, utilidad o satisfacción obtenido en Filosofía por su pago.

¡Por el perro! Que diría Sócrates, a la postre fui yo quien dejé verdaderamente la escuela, ya que siento la responsabilidad de no perder el tiempo esperando madurez, pues no tengo duda y doy por hecho que todos somos iguales de capaces e inteligentes, y pretender no serlo no es más que mala actitud.

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