PROPUESTA DE PAZ COMPREHENSIVA PARA EL CONFLICTO EN UCRANIA
En nombre de la Humanidad

Introducción
La guerra en Ucrania representa una herida abierta en el cuerpo de la Humanidad. Sus orígenes se encuentran en las tensiones entre las aspiraciones de Ucrania de alinearse con el ámbito occidental (UE y OTAN) y las preocupaciones de seguridad de Rusia. Los eventos del levantamiento de Maidan en 2014, la anexión de Crimea y el apoyo ruso a los movimientos separatistas en el este de Ucrania escalaron hasta convertirse en una intervención militar directa en 2022, desencadenando una crisis humanitaria y geopolítica de una escala sin precedentes. Las implicaciones de este conflicto van mucho más allá de la región, ya que el potencial de escalada—marcado por el posible uso de armas de destrucción masiva (nucleares, bacteriológicas, químicas, etc.), la guerra cibernética, la destrucción de infraestructuras, las tecnologías disruptivas y la guerra híbrida—representa una grave amenaza para todo el mundo. Esto no es simplemente una disputa regional, sino un recordatorio crudo de la interconexión de nuestra comunidad global. El potencial catastrófico de tal conflicto exige una respuesta global unificada, ya que concierne a la supervivencia y el bienestar de toda la humanidad. Es una llamada de atención a la comunidad internacional para priorizar la seguridad colectiva y la paz por encima de la división y la fuerza.

Esta propuesta de paz se basa en un principio simple pero profundo: las armas y/o los ejércitos (su desarrollo) son los principales impulsores de la guerra, como este mismo caso demuestra claramente. Un alto al fuego o un armisticio—a menudo etiquetados como «paz»—son, de hecho, una pausa para el rearme, simplemente posponiendo el próximo conflicto. Cada bando utiliza estas pausas para asegurar ventajas, ya sea mediante el posicionamiento territorial o el fortalecimiento de capacidades militares, perpetuando un horizonte de confrontación causado por la dinámica inherente de los ejércitos independientes, cada uno impulsado por la lógica de la autopreservación, la expansión y la mejora. Estas fuerzas, al esforzarse por fortalecerse, inevitablemente entran en conflicto con otras que persiguen los mismos objetivos. La verdadera paz solo puede lograrse cuando las armas y los ejércitos estén bajo la supervisión colectiva de la humanidad y se redirijan hacia los intereses compartidos de la Humanidad.

A la luz de esto, proponemos un enfoque audaz e innovador que trasciende las dinámicas tradicionales de victoria y derrota, priorizando en su lugar el bien común de la Humanidad. Esta iniciativa no pretende resolver de inmediato las disputas sobre derechos, soberanía o reclamaciones territoriales. Más bien, busca dejar de lado temporalmente estos temas controvertidos para construir un marco de cooperación basado en la seguridad compartida, el desarme integral y el bienestar global. El enfoque se desplaza de la afirmación, concesión o reclamación de derechos hacia esfuerzos colectivos abiertos, fundamentados en propuestas, objetivos compartidos y acuerdos públicos para el bien común. Estos acuerdos especifican los roles, contribuciones y tareas que cada parte se compromete a cumplir, trabajando juntos como parte de una causa compartida. Esta causa compartida representa la verdadera forma de paz entre los humanos—una paz anclada en la responsabilidad colectiva y la cooperación. En el mundo interconectado y globalizado de hoy, este enfoque no solo es posible, sino necesario. A diferencia del pasado, cuando tales pasos eran inviables en un mundo aislado y fragmentado, ahora debemos abrazar este modelo, que apela al juicio y la responsabilidad humana, trascendiendo y complementando las responsabilidades de los estados.

Estado actual del conflicto

  1. Avances militares: Rusia ha consolidado el control sobre regiones en el este y sur de Ucrania, aunque estos territorios carecen de reconocimiento internacional.
  2. Demandas opuestas: Ucrania busca garantías de seguridad a través de la OTAN, mientras que Rusia exige la neutralización y desmilitarización de Ucrania.
  3. Riesgo global: La escalada militar y la polarización entre bloques amenazan con desestabilizar aún más el orden internacional.

Enfoque innovador
Esta propuesta adopta una visión integral de la Humanidad como sujeto y objeto del acuerdo. La Humanidad, como entidad colectiva, está entrelazada con todos los bandos del conflicto y tiene un interés genuino y compartido en ponerle fin. Solo la Humanidad, en su totalidad, puede empatizar verdaderamente con el sufrimiento de los individuos—no solo aquellos directamente afectados por la guerra, sino también aquellos que soportan las consecuencias de la pobreza, la privación y la injusticia. En última instancia, solo la Humanidad posee la claridad moral para reconocer que las armas, en su esencia misma, son dañinas. Incluso cuando no se utilizan activamente, su mero potencial para infligir daño disminuye nuestra libertad y humanidad, y nos obliga a reaccionar de manera opuesta. Solo existe esta opción para los humanos; la alternativa es dejar nuestro destino a nuestra (capacidad de) destrucción mutua y al precario juego de las armas, mientras renunciamos a nuestra humanidad y permanecemos a su servicio.

La base de este enfoque innovador radica en la suspensión temporal de los temas relacionados con los derechos, la soberanía y las fronteras—cuestiones inherentemente ligadas a la posesión y la negación de los demás, que no pueden resolverse mediante la razón humana, ya que la razón se ocupa fundamentalmente de fines y propósitos. En su núcleo, los problemas de derechos, soberanía y fronteras giran en torno al poder y la fuerza. Dado que estos asuntos dependen de la fuerza para definirse y aplicarse, no pueden abordarse únicamente a través del discurso racional. Dado que la fuerza es subjetiva y siempre cambiante, no puede ofrecer un camino sostenible hacia la resolución. En cambio, abogamos por centrarnos en objetivos concretos y universales que beneficien a toda la humanidad. Estos objetivos no son abstractos ni egoístas, sino que están arraigados en aspiraciones humanas compartidas que trascienden a cualquier nación o grupo.

Estos incluyen:

  1. Cese inmediato de las hostilidades: Detener la violencia y el sufrimiento humano mediante un alto al fuego verificable y supervisado.
  2. Reconstrucción de las áreas afectadas: Reparar infraestructuras críticas, garantizando el acceso a vivienda, agua, alimentos y servicios médicos en las zonas devastadas por la guerra.
  3. Redistribución de recursos: Redirigir los gastos militares hacia proyectos humanitarios, como la erradicación del hambre, el acceso a la educación y la atención médica universal.
  4. Cooperación internacional: Establecer programas conjuntos en áreas clave como la seguridad alimentaria, la energía renovable, la investigación científica y el desarrollo tecnológico.

Propuesta de Paz

  1. Cese de las hostilidades
    • Implementar un alto al fuego inmediato, supervisado por observadores internacionales designados por la ONU.
    • Promover actividades de reconciliación entre las comunidades afectadas, con la participación de líderes locales y organizaciones humanitarias.
    • Redirigir los ejércitos y recursos de Rusia y Ucrania hacia la reconstrucción de las áreas devastadas, priorizando infraestructuras críticas, vivienda y servicios esenciales.
  2. Establecimiento del Dividendo de la Paz
    • Crear un fondo internacional financiado con el 2% del PIB de cada país involucrado, junto con recursos previamente asignados a la guerra.
    • Asignar este dividendo a programas humanitarios globales, priorizando alimentos, vivienda, atención médica y educación en las áreas más afectadas.
  3. Suspensión de la carrera armamentística
    • Imponer una moratoria sobre el desarrollo y la adquisición de armas, con mecanismos verificables liderados por organizaciones internacionales.
    • Redirigir los presupuestos militares hacia programas de cooperación internacional, desarrollo sostenible y resiliencia climática.
  4. Creación de un Marco de Cooperación Global
    • Establecer proyectos multinacionales en áreas clave como la seguridad alimentaria, la energía renovable, la investigación científica y el desarrollo tecnológico.
    • Promover el intercambio de conocimientos y recursos entre naciones para abordar desafíos globales y desigualdades económicas.

Método y Procedimiento

  1. Suspensión temporal de disputas: Los temas de soberanía, derechos y fronteras se posponen para priorizar el bien común.
  2. Publicidad y transparencia: Todos los pasos acordados serán supervisados y evaluados por la ONU, con difusión universal en todos los idiomas.
  3. Participación global: La Humanidad en su conjunto actuará como garante del acuerdo, a través de la participación activa de gobiernos, organizaciones internacionales y ciudadanos.

Garantías del Acuerdo

  1. Compromiso global: La Humanidad en su conjunto garantizará el acuerdo, con la participación de gobiernos, ONG y movimientos ciudadanos.
  2. Supervisión continua: Un consejo de paz permanente, compuesto por representantes de diversas regiones del mundo, evaluará el cumplimiento del acuerdo y propondrá ajustes si es necesario.
  3. Condiciones para la cooperación: Se definirán indicadores claros de progreso, como la reducción de desigualdades y mejoras en las condiciones humanitarias, con informes públicos periódicos.

Conclusión
Esta propuesta no pretende resolver de inmediato todas las diferencias entre las partes, sino sentar las bases para una coexistencia pacífica, sostenible y productiva que beneficie a toda la Humanidad. Al suspender temporalmente los intereses opuestos y priorizar objetivos comunes, transformamos el conflicto en una oportunidad histórica para fomentar la cooperación y la transformación global.

Firmado en nombre de la Humanidad,
27 de enero de 2025

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